La Muy Antigua Ilustre y Venerable Hermandad Sacramental y Cofradía Penitencial de Nuestro Padre Jesús con la Caña fue fundada por la Orden de Frailes Menores, los Franciscanos, en los primeros años del s.XVI. Nacida como Cabildo de la Sangre de Cristo, entre sus oraciones principales, estaba el Rezo de las Cinco Llagas, iniciada por San Francisco de Asís que según la tradición, estando en éxtasis, recibió directamente del Crucificado los estigmas en su propio cuerpo. Sirva el recuperar esta antigua tradición para fomentar la devoción al Señor Nuestro Padre, y el rezo, como forma de llegar a su Misericordia.
Tras el correspondiente periodo de correcciones y alegaciones en que el Ilmo. Sr. D. Declan Murphy, Canciller Secretario del Obispado, actuó de Censor y corrector, ayudándonos para hacer las modificaciones necesarias; el 14 de Septiembre de 2017 el Excmo. e Ilmo. Obispo de Cuenca Monseñor D. José María Yánguas Sanz concede Nihil Obstat e Imprimatur, la Aprobación Eclesiástica para la publicación, difusión y ejercicio de este rezo que hemos recuperado de nuestra ya larga historia.
Ejercicio del rezo de las Cinco Llagas para la mayor Veneración de Nuestro Padre Jesús con la Caña.
Oración Inicial: Señor, como hermanos y devotos de Nuestro Padre Jesús con la Caña nos acercamos rememorando el Misterio de tu bendita Pasión. Queremos recordar el Sacrificio que hiciste por liberarnos de nuestros pecados. Aquí estamos, Señor, para compartir tu sufrimiento.
Primera llaga.
La Santísima llaga del pie izquierdo de Jesús. Os doy gracias, Señor, porque habéis sufrido tan atroces dolores a causa de las punzantes espinas de mis pecados.
Te pedimos perdón por los pecados que cometemos a diario en nuestras vidas, por la tibieza con que recorremos tu camino, por las barreras que ponemos a tu Amor, por nuestras cobardías y abandonos. Te pedimos, Señor, por la paz del mundo. Por que no haya miseria ni hambre en la Tierra. Por tus misioneros. Bendice a los pueblos de la Tierra, sobre todo a los más pobres. Bendice a los perseguidos por tu causa, los que padecen hambre, y los moribundos.
Padre nuestro que estás en el cielo…
Segunda llaga.
La Santísima llaga del pie derecho de Jesús. Os doy gracias, Señor, porque habéis sufrido tan atroces dolores a causa de las punzantes espinas de mis pecados.
Te pedimos perdon por los pecados que hemos cometido por negligencia u omisión en el cumplimiento de nuestros deberes, por el desprecio con que, a veces, oímos tu Voz. Concédenos la fortaleza para vencer nuestra debilidad y nuestra pereza en tu servicio. Bendice a nuestra nación y a todos los que en ella habiten. Bendice a nuestra Ciudad y sus instituciones, y a aquellos que nos rodean.
Padre nuestro que estás en el cielo…
Tercera llaga.
La Santísima llaga de la mano izquierda de Jesús. Os doy gracias, Señor, porque habéis sufrido tan atroces dolores a causa de las punzantes espinas de mis pecados.
Te pedimos perdón por nuestro odio, la avaricia, la envidia y los malos sentimientos y soberbias de nuestro corazón. Te pedimos, Señor, por los enfermos, por la ilusión e inocencia de los niños, por que les enseñes a ser justos y solidarios, y a tener el corazón dispuesto para amar a los demás.
Padre nuestro que estás en el cielo…
Cuarta llaga.
La Santísima llaga de la mano derecha de Jesús. Os doy gracias, Señor, porque habéis sufrido tan atroces dolores a causa de las punzantes espinas de mis pecados.
Te pedimos perdón por nuestra apatía en el apostolado, y la rutina de nuestra piedad. Bendice, los movimientos apostólicos, las hermandades y cofradías. Bendice esta Hermandad, a todos sus hermanos y hermanas, y concédenos la gracia de dirigir todas nuestras obras a tu mayor honra.
Padre nuestro que estás en el cielo…
Quinta llaga.
La Santísima llaga del costado de Jesús. Os doy gracias, Señor, porque habéis sufrido tan atroces dolores a causa de las punzantes espinas de mis pecados.
Te pedimos perdón por los malos deseos y pensamientos, por el desaliento ante los sacrificios, y nuestra falta de fe. Te pedimos por todos nuestros hermanos difuntos, para que gocen de la vida eterna. Bendice, a nuestra Santa Madre Iglesia y a su Santidad el Papa.
Padre nuestro que estás en el cielo…
Por el mismo Jesucristo, en el misterio de su escarnecimiento con la Caña, que con el Padre y el Espíritu Santo, vive y reina, por los siglos de los siglos. Amén.
Recordad que el rezo se puede realizar a partir de este texto, descargarlo para imprimirlo desde el enlace que aparece debajo o si lo preferís en papel podéis recogerlo en nuestro altar, donde siempre queremos que esté disponible y desde donde ya se han distribuido más de 3600 trípticos.
Ejercicio del Rezo de las Cinco Llagas para mayor veneración de Jesús con la Caña.