Reflejando el pasaje bíblico que narra la Coronación de Espinas de Ntro. Sr. Jesucristo, la primitivamente conocida como “Hermandad del Santo Paso de la Caña”, es creada entre la segunda mitad del s. XV y los primeros años del s.XVI con el auspicio de la Orden de Frailes Menores, los Franciscanos, bajo la advocación de Cabildo de la Sangre de Cristo y fines distintos a los actuales, pues se encargaba del enterramiento de los fieles y hermanos sin recursos. Esta advocación y fines se repiten por toda la geografía española, y al igual que en nuestro caso, muchos han acabado siendo el germen de su Semana Santa.
A día de hoy se desconoce la fecha exacta de la fundación del dicho Cabildo de la Sangre de Cristo, si bien ya en 1509 se tiene referencia escrita como de antiguo.
Posteriormente se une al Cabildo de la Vera Cruz, también de origen franciscano, y al de la Misericordia, algo posterior en el tiempo, siendo una de las cuatro Hermandades filiales del antiguo Cabildo de la Vera Cruz, Sangre y Misericordia de Cristo en el s. XVI. Esta unión de Cabildos (hoy continuada como Archicofradía de Paz y Caridad), recibía culto en la antigua ermita de San Roque, frente al campo de San Francisco (actual iglesia de San Esteban) y supone el inicio de nuestras procesiones en la Semana de Pasión, más concretamente del Jueves Santo.
Es la Hermandad de Jesús con la Caña una de las que mejor conserva la documentación histórica, y tal vez es la que mayor numero de documentación tiene en propiedad, si bien, en algunos momentos históricos, como la guerra civil, se mermaron considerablemente sus archivos.
El llamado Cristo de la Caña y posteriormente Santo Paso de la Caña, al atribuirle la ciudad algún hecho milagroso que no ha llegado a nuestros días, forma parte de la «Capilla de los Grandes Pasos» desde las primeras noticias que se tienen, ocupando el colateral de la derecha en la antigua ermita de San Roque.
Uno de los documento más antiguos que habla ya de la procesión del Jueves Santo, a la que el Santo Cristo de la Caña pertenece desde el primer momento, data de 1611. En este documento se habla del proceso entre el Cabildo de la Vera Cruz y Jerónimo de Pedraza, hasta ese momento, muñidor de dicho cabildo, por los pagos necesarios para la compra de enseres “necesarios para las procesiones de Jueves Santo”.
Entre los documentos que se conservan, están dos Cartas de Obligación (documentos de préstamo de dinero) a su favor fechadas en 1671 y 1672, así como una breve reseña histórica firmada por el hermano D. Manuel González Francés, sacerdote y erudito conquense, Magistral de la Catedral de Córdoba que vivió en la segunda mitad del siglo XIX.
Es suficientemente probada, ya en el siglo XVII, la tradición de una función concreta: la caridad, que suponía, el acompañamiento y enterramiento de los ajusticiados de la ciudad, dándoles su socorro, tanto espiritual como material. Esta Caridad es la que siglos más tarde le daría el nombre actual a la Archicofradía. Esta obligación, que en 1865 constituía el articulo primero de su reglamento se mantuvo durante varios siglos, siendo esta Hermandad la última que acompañó a un reo de muerte en la ciudad de Cuenca en 1903, como consta en nuestras actas.
Es en 1898 cuando se aprueban nuevas Constituciones por el Obispo de la Diócesis, pasando a denominarse “Hermandad de Nuestro Padre Jesús con la Caña”, concediéndole el título de Venerable y estableciendo el número máximo en cien hermanos y otras tantas hermanas.
En el enorme destrozo que la invasión de las tropas napoleonicas dejó en Cuenca, es una de las hermandades que más perjuicios sufre, siendo usada la imagen de su titular como simulación de un soldado de guardia en una garita. Esta invasión causa la ruina de la ermita de San Roque, hasta entonces sede del Cabildo de la Vera Cruz, Sangre de Cristo y Misericordia, y de las cuatro hermandades de los Pasos procesionales de Jueves Santo, Oración en el Huerto, Jesús con la Caña, Jesús Nazareno y Soledad de Nuestra Señora, a las que se había sumado en el desfile la del Ecce-Homo, que recibía culto en la iglesia de San Gil. Llega una estancia provisional en la iglesia de San Esteban, y posteriormente todas las imágenes procedentes de aquella ermita llegarán a la de San Antonio Abad en 1818, gracias a la invitación del Ayuntamiento de la ciudad, propietario del templo por concesión real de 9 de marzo de 1817, abandonado como estaba desde la disolución de la Orden Hospitalaria de San Antón en 1791, y con toda seguridad arrasado en el saqueo de las tropas francesas.
El 1 de octubre de 1834, informa al Obispado D. Manuel Sainz Abad, párroco de San Juan Bautista, que en la ermita de San Antonio Abad se encuentra la Hermandad de la Vera Cruz y Sangre de Cristo, así como las de los Sagrados Pasos. En dicho informe hace referencia a que, ante la decadencia sufrida por la de la Vera Cruz, el Tribunal Eclesiástico transfirió todo lo posible a las cuatro hermandades de los Sagrados Pasos, constituyendo hermanos natos de ella a todos y cada uno de los hermanos de las dichas, todo ello con el fin de poder cumplir con las obligaciones históricas de aquella, y para que no se perdieran las muchas gracias e indulgencias que tenía concedidas a lo largo de los siglos. El 8 de junio del mismo año el Cabildo de la Vera Cruz y Sangre de Cristo se dirige a los hermanos mayores de las hermandades de los Sagrados Pasos, entre ellos el Santo Paso de la Caña, recordándoles la supremacía del Cabildo sobre las demás, y se llega a la culminación de este proceso, plasmado en la concordia fundacional de la Archicofradía de Paz y Caridad, continuación natural del primitivo Cabildo de la Vera Cruz, sellada por las hermandades de la Oración del Huerto, Paso de la Caña, Jesús Nazareno, Soledad y Ecce-Homo de San Gil, que fue aprobada por el Gobernador Eclesiástico el 10 de marzo de 1849. Su Imagen Titular es el Santísimo Cristo de las Misericordias, Santa Vera Cruz y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, uniéndose la Hermandad de Jesús Amarrado a la Columna a la Archicofradía en 1853.
En el desfile procesional de Jueves Santo de 1934, ya dentro de la Catedral, la talla se golpea con el frontispicio de la reja de la Capilla de los Apostoles y, aunque los daños son menores, la Hermandad encarga al escultor Marco Pérez una nueva efigie que únicamente participará en la procesión del Jueves Santo de 1936 siendo posteriormente destruída en los desastres de la Guerra Civil.
Tras la contienda civil la Hermandad recibe de familia del Hermano Miguel Martínez una imagen gubiada por José María Bayarri Hurtado.
En 1947 estrena su actual Titular, obra del insigne escultor D. Federico Coullaut-Valera Mendigutia.
En 1988, el hermano Pedro Romero Sequí realiza un mosaico que se coloca en la esquina del puente de la Trinidad a la Avda. Virgen de la Luz.
En 1990, se sustituye, a propuesta del Hermano José Luis Lucas Aledón la caña metálica que portaba el titular por una de bambú.
En 1999, se restaura la imagen por la prestigiosa restauradora conquense Mª del Mar Brox.
En 2006 se pintan las horquillas simulando caña, se sustituyen los varales de los cetros de los Hnos. Mayores por unos realizados en caña por los hermanos Javier Navarro y Antonio Moreno y se facilitan a los hermanos palos de caña para las tulipas. Anteriormente ya se había hecho el del Capataz de Banceros.
La Sagrada Imagen, obra maestra de D. Federico Coullaut Valera, entregado a la Hermandad en 1947, año de su primera procesión, expone al Señor presentado al pueblo después de ser azotado, cubierto por la capa granate y por cetro, una caña. El Señor posee varias clámides bordadas en oro sobre terciopelo granate, la última estrenada en 1999 obra de Eduardo Ladrón de Guevara y Patrocinio Soto. Es portada esta espléndida talla por 24 banceros sobre andas talladas por los Hermanos Pérez del Moral en 1981. El conjunto procesional, que es uno de los más vistosos de nuestra Semana Santa, luce candelabros de época donados en 1905, alumbrándose de forma natural, siendo el único paso de la Semana Santa conquense que nunca en su historia ha renunciado a la luz de vela.
La Hermandad se encuentra establecida en la Parroquia de Nuestra Señora de la Luz y de San Antón, celebrando allí sus Cultos en la primera semana de Cuaresma, siendo el primer sábado el Solemne y Devoto Besapié, el primer domingo Función Principal Estatuaria, y Misa Funeral por los hermanos difuntos al día siguiente. Hasta hace unos años la Función Principal se celebraba en el llamado “Domingo de la Santísima Trinidad”, el anterior a Pentecostés.
Entre las marchas procesionales más conocidas dedicadas a la Hermandad están “Paso de la Caña” del Maestro D. Julián Aguirre Belmar de 1979 y “Corona de Espinas” del Maestro D. Aurelio Fernandez Cabrera, de 1987.
El 27 de Marzo de 2014 le son concedidos los títulos de Muy Antigua e Ilustre por el Rvmo. e Ilmo. Obispo de la Diócesis de Cuenca D. José María Yánguas Sanz, pasando a tener la denominación actual de Muy Antigua, Ilustre y Venerable Hermandad Penitencial.
Para el Besapié de 2016 se sustituye la caña corta de bambú que portaba, por una más larga, tal y como fue ideado por el escultor. El cambio es aprobado en junta general, procesionando ya así, ese mismo año.
En Septiembre de 2017 S.E.R. Monseñor Yanguas Sánz concede el Nihil Obstat al Ejercicio del Rezo de las Cinco Llagas que desde entonces la Hermandad realiza el último viernes de cada mes.
En Octubre de 2018 el Ilmo. Cabildo de la Catedral de Cuenca cede para su Culto y usufructo la Capilla del trascoro de la nave de la Piedad en la Catedral. Es restaurada por la Hermandad y el 25 de Noviembre de ese año, Solemnidad de Cristo Rey, es bendecida bajo la advocación de Capilla de la Coronación de Espinas. Desde ese momento todos los años en esa fecha la Hermandad venera la Reliquia de la Santa Espina tras una Solemne Misa de Cristo Rey del Universo en la misma Catedral.
El 23 de Febrero de 2019 estrena la obra de música sacra ‘Christus Factus Est’, para órgano y coro, compuesta por el afamado autor D. David Hurtado, donación anónima hecha a la Hermandad.
El 21 de Octubre de 2020 S.E.R. Monseñor Yanguas Sánz, Obispo de Cuenca, le concede el título de Hermandad Sacramental y aprueba la reforma de estatutos conforme al nuevo carácter devocional de la Hermandad, pasando a tener la actual denominación de Muy Antigua, Ilustre y Venerable Hermandad Sacramental y Cofradía Penitencial de Nuestro Padre Jesús con la Caña.