Tras el éxito de la Conferencia Cuaresmal del pasado año, la Hermandad se plantea, por recomendación de nuestro párroco, darle continuidad y una mayor presencia en los cultos anuales. Se decide homenajear con ella a uno de nuestros hermanos más ilustres y prestigiosos, D. Manuel Gonzalez Francés, creando una Cátedra con su nombre para la formación de hermanos y devotos, y la difusión y el estudio de la antiquísima advocación de Nuestro Padre Jesús con la Caña.
Esta Cátedra inicia su andadura este año con la Conferencia Cuaresmal del próximo Jueves 2 de Marzo a las 20:15 a cargo de nuestro párroco y consiliario D. Ángel García Benedicto.
Pero, a pesar de tener una calle con su nombre en nuestra ciudad y otra que recorre el muro oriental de la Mezquita-Catedral de Córdoba, muchos se preguntarán ¿quién fue Gonzalez Francés?
Nace en Cuenca el 28 de febrero de 1842 e ingresa en el Seminario Conciliar de San Julián a la edad de 8 años. Destaca pronto en sus estudios, llegando a lograr la cátedra de diferentes materias. En 1863 recibe el grado de Licenciado en Derecho Canónico y Doctor en Sagrada Teología en Toledo, ordenándose sacerdote en Cuenca el 28 de septiembre de 1864. Es en el año 1869 cuando accede mediante oposiciones a la Canongía de Magistral de la Catedral de Córdoba, cuando contaba tan solo 27 años. El magistral era el miembro del Cabildo que se ocupaba de la predicación, y en los treinta y dos años que ejerció como tal, se ganó una enorme fama de gran predicador.
El historiador, político republicano y diplomático, Antonio Jaén Morente escribía de él:
Fue llamado el Magistral por antonomasia, sin disputa el mejor orador que hubo en la ciudad, incluyendo a los forenses y a los políticos. Lo catalogan de orador sagrado y no fue eso. Su talento oratorio era para grandes multitudes, para pelea y combate, no para una cátedra sin contradictores. La demostración de ello está en sus escritos y en sus asomos al periodismo. Su temperamento de líder se anegó en el púlpito sagrado.
El periodista Ricardo de Montis dijo:
En la segunda mitad del siglo último, esta ciudad tuvo la honra de contar entre su clero, en el Cabildo Catedral, a uno de los primeros oradores religiosos de España, el Magistral González Francés. Unía a su elocuencia excepcional, a una palabra avasalladora, vastísima erudición, conocimiento muy profundo de todas las ciencias y especialmente de la Teología, la Filosofía y la Historia.
Integrado en la vida pública cordobesa. Fue cofundador y codirector del periódico católico La Tradición (1869- 1870); miembro numerario de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba desde 1886; publicó libros como «Góngora, racionero« y «La Virgen de la Fuensanta«; participó en la comisión que restauró la imagen de la Virgen Linares y estableció su advocación como Purísima Concepción. Los medios se hicieron eco de su muerte, de la que el pasado 31 de Enero se cumplieron 116 años, y una placa le recuerda en la fachada del hoy Colegio de La Milagrosa: «Al ilustre Magistral doctor Don Manuel González Francés, cofundador de estas escuelas-asilo y su primer director gerente; sabio y esclarecido varón, orador elocuentísimo y escritor insigne; tan célebre por su ciencia como respetado por sus virtudes. Prestó eminentes servicios a Córdoba hasta su óbito ocurrido el 31 de enero de 1901. ¡Honor y Gloria a la Caridad y al Genio! La ciudad agradecida tribútale este recuerdo.»
Inmediatamente el Ayuntamiento le dedicó la calle del lado este de la Catedral. Antigua calle del Mesón del Sol, por el nombre de la Posada del Sol que allí existió desde el siglo XVI hasta los años setenta del XX. Entre los inmuebles destacados de esta calle está el Hotel Conquistador, un cuatro estrellas en cuyas obras se hallaron los restos del salón de abluciones correspondiente a la ampliación de la Mezquita que efectuó Almanzor, hoy visibles e integrados en el hotel. A pesar del prestigio de González Francés, solo se conserva una foto suya, recién tomada posesión de la canonjía, extraída del libro de Nieto Cumplido «La libertad religiosa en Córdoba», el cual afirma del magistral:
Destacó como orador insigne, como literato erudito, amigo de las glorias cordobesas y como hombre de grandes iniciativas.
Pero no solo se dedicó a las letras en Córdoba. Fue el primero en escribir la historia de una hermandad en Cuenca, la nuestra. Si bien su fallecimiento malogró el empeño, algunos capítulos siguen a día de hoy en poder de la hermandad. Inicia el texto dejando claro su cariño y devoción por Jesús con la Caña como un nazareno más:
…Al que he tenido el honor de acompañar en la Procesión de Jueves Santo desde los once años.
Cosa que hace, al parecer, hasta su muerte, obligación que le apartaría de la predicación en la Catedral de Córdoba en una fecha tan importante. Algo que hoy en día nos puede parecer impensable, pero que demuestra la importancia que tenían las obligaciones adquiridas al entrar en una hermandad en aquel tiempo.
Tan desconocido hoy en día como importante en su momento, nuestra Hermandad quiere con esta Cátedra reivindicar su figura, como canónigo, orador y literato, pero sobre todo como hermano, filántropo y hombre de fe. Que su figura nos ayude en el engrandecimiento y difusión de nuestra fe y amor al Señor, Nuestro Padre Jesús con la Caña.
Fuentes: ABC y Cordobapedia.