El sábado 13 de Febrero, como otro de los actos y cultos para iniciar la Cuaresma y que culminan en la Solemne Función Religiosa en honor de su Títular, la Muy Antigua, Ilustre y Venerable Hermandad de Nuestro Padre Jesús con la Caña, celebró un Devoto Besapié para lo que la Sagrada Imagen se dispuso al pié de su hornacina, convenientemente ornamentada, para que los hermanos, devotos y fieles en general pudieran ponerse bajo su dulce mirada.
Este año, se estrenaba un imponente dosel de diez metros de altura, que acompañando la arquitectura de la capilla, daba solemnidad y grandeza a la figura del Señor. Cuatro imponentes blandones catedralicios lo flanqueaban, y al igual que la candelería, dejaban su luz a la altura del rostro Sagrado.
Elegante, imponente y complejo era el montaje de este año, sin duda el mayor hecho hasta ahora en Cuenca. Todo un año de trabajo y planificación para lograr lo que, para el grupo que lo realizó, fue el mejor piropo: «dan ganas de pararse a hablar con el Señor».
Desde la finalización de la misa de ocho, momento en que se procedió al encendido de la candelería que acompañaba al Señor, fue incesante el goteo de personas que, ya por haber ido por propia intención, ya por haberse acercado a la Parroquia de Ntra. Sra. De la Luz y San Antón a misa o a hacer la visita, ya por el boca a boca, al haber convocados diversos actos cofrades a lo largo del día, besaban el Pié de Nuestro Padre Jesús con la Caña y permanecían unos minutos sentados frente al Señor, meditando, orando, o confiándole sus anhelos y sus preocupaciones.
A la 14.30 horas se procedió al cierre de la Iglesia, para continuar con el besapié sobre las 17,45, tras la finalización del funeral corpore insepulto de D. Alejandro de la Cruz, nazareno del Jueves Santo, que nos dejaba con el inicio de la Cuaresma, y a cuya familia enviamos nuestras condolencias, y aunque la lluvia dejó una tarde muy desapacible, la afluencia apenas se vio mermada.
Agradecer la visita de la Junta de Gobierno de la Vble. Hdad. de Ntra. Sra. de la Esperanza, que además de cedernos su candelería para éste acto, obsequiaron al Señor con un precioso centro de flores.
Finalmente, tras la participación en el besapié de los asistentes a la misa de siete y media, se concluyó con el mismo y se procedió al montaje del altar de cultos para la Función que tendría lugar el día 14.
Año tras año, y este es ya el cuarto, el Besapié mejora, no solo en solemnidad y magnificencia, si no lo que es más importante, en la gran afluencia de hermanos y devotos, y en la cantidad de los mismos que van a pasar un rato en la cercanía del Señor.