La hermana Amparo, de las Esclavas Carmelitas de la Sagrada Familia, nos hace llegar esta estupenda iniciativa, para la parroquia, que hace reflexionar a mayores y niños sobre esos «regalos que no cuestan» en una época tan mercantilizada como la Navidad que ya se acerca. Campaña que no solo es válida para este adviento y la Navidad, sin duda es para desarrollarla todo el año. Leedla y comentadla con los niños que hay a vuestro alrededor, hijo, sobrinos, primos… enseñadles el verdadero significado de la celebración del nacimiento del Mesías.
Los regalos que no cuestan.
Regalar es muy bonito. Hacer un regalo supone pensar en la persona a la que va dirigido: sus gustos, sus aficiones, su manera de ser, la relación que tenemos con ella. Elegir ese regalo es un acto de cariño hacia esa persona.
En Navidad hacemos muchos regalos. Regalos que muchas veces suponen un esfuerzo económico.
Desde la Parroquia os queremos presentar unos regalos que todos podemos hacer. No cuestan dinero, sólo suponen un pequeño esfuerzo. Un esfuerzo que hecho con ánimo y alegría hará muy dichosas a las personas que viven a nuestro lado, verán que hay alguien que las quiere que se preocupan por ellos.
Es un pequeño esfuerzo que se convertirá en una gran satisfacción cuando sintamos el gozo de haber hecho felices a esas personas que viven a nuestro lado.
Los regalos que no cuestan a los niños.
- Puedes felicitar la Navidad a todas las personas que viven a tu lado: familia, amigos, compañeros, vecinos….
- Puedes compartir tus juguetes y juegos con tus hermanos, primos, amigos.
- Puedes visitar a Jesús en el Sagrario entrando a la iglesia cuando pases por la puerta.
- Puedes telefonear a algún niño, que sabes que está más sólo y hablar un ratito con él.
- Puedes hacer una oración por los niños que no tienen todo lo que tienes tú.
- Puedes ayudar a tu mamá en alguna tarea del hogar.
- Puedes esforzarte en decir siempre la verdad aunque te cueste.
- Puedes hacerle un favor a alguien que está a tu lado y te necesita.
- Puedes ir con los papás a visitar los belenes de la ciudad y recordar el acontecimiento del nacimiento de Jesús.
Y no olvides de dar gracias a Dios por la mañana y por la noche por todas las cosas buenas que pone en tu manos cada día.
Los regalos que no cuestan a los mayores.
- El regalo de la amistad: hacer una lista de los amigos y felicitar a los más posibles.
- El regalo de la oración: recogerse, durante dos minutos cada día y en silencio hacer una oración, por la paz del mundo, por la familia…
- El regalo de la carta: escribir una carta a un amigo (o como grupo), una carta a algún misionero que esté lejos de su familia.
- El regalo de la verdad: comprometerse a que las palabras de estos días no lleven mentira ni segundas intenciones.
- El regalo de la llamada: hacer una llamada telefónica a esa persona que esté más sola y no vaya a tener mucha compañía esta Navidad.
- El regalo de la visita: visitar a alguna persona impedida, enferma…, en su casa o en el hospital.
- El regalo del compartir: dar una aportación cada uno. Juntar las aportaciones de todo el grupo y destinarlas a algún proyecto en el tercer mundo, que parezca apropiado y asequible.
- El regalo del silencio: dedicar dos minutos cada día a uno mismo y en silencio dar gracias a Dios por la propia vida.
- El regalo del perdón: reconciliarse con alguien con el que se esté enemistado o haya más tirantez.
- El regalo de la alegría: comprometerse a estar más alegres en el hogar y demostrarlo con los miembros de la familia.
- El regalo del paseo: dar un paseo por la ciudad o el campo con alguien que lo necesite.
- El regalo del café caliente: invitar a un café a alguien con el que hace tiempo que no te comunicas y endulzarlo con una larga y amena conversación.
- El regalo del hogar: pasar más tiempo en el hogar, con los hijos, nietos…
- El regalo del favor: hacer algún favor a quien lo necesite sin esperar a que te lo pida.
- El regalo de la escucha: escuchar alguien que no te resulte muy agradable de escuchar (tu cuñada, suegra, vecina parlanchina… je, je…)
- El regalo de la misión: hablar a algún vecino, familiar, conocido de la misión que tuvo lugar en la parroquia e invitarlo a tu asamblea familiar.
- El regalo de…