Tras la aprobación en la Junta General de 2013 de la petición de los títulos, de Muy Antigua e Ilustre, para nuestra ya Venerable Hermandad, se procedió a realizar los consiguientes informes que acreditasen ser merecedor de tal distinción.
Nuestra hermandad es tal vez una de las que mejor conserva la documentación histórica, y tal vez es la que mayor cantidad de documentación tiene, si bien, en algunos momentos históricos, como la guerra civil, se mermaron considerablemente sus archivos. Eso facilitó bastante la elaboración del primero de dichos informes, el informe histórico.
Con unos inicios claro en los inicios del s.XVI, con el Cabildo de la Vera Cruz y Sangre de Cristo (hoy denominado Archicofradía de Paz y Caridad), que recibía culto en la antigua ermita de San Roque, frente al campo de San Francisco (actual iglesia de San Esteban), es el entonces llamado “Cristo de la Caña” una de las advocaciones y hermandades pertenecientes a dicho cabildo y que posiblemente sean el germen de la actual Semana Santa.
Ya el documento más antiguo del que se tiene conocimiento, de 1611, y que nombra al Santo Cristo de la Caña, otorga a nuestra hermandad más de los 350 años requeridos para ostentar la denominación de «Antiquísima» o «Muy Antigua». Multitud de documentos y referencias así lo atestiguaban.
El segundo informe, el informe religioso, debía centrarse en el esfuerzo de la hermandad y su continua preocupación por llegar a todos los hermanos y hacerlos participar en la vida religiosa. Además el aún cercano esfuerzo de muchos hermanos para la reconstrucción de la hermandad tras la Guerra Civil, junto con su amor por nuestro Señor, ha servido de ejemplo para las posteriores generaciones, formándose un grupo importante de hermanos jóvenes a los que corresponde en este momento engrandecer la advocación, y obrar la mayor devoción posible en una hermandad muy apoyada en el vínculo que supone la familia cristiana.
Es este amor por la advocación del Paso de la Caña, en la que se basa el tercer y ultimo informe, el que en un breve recorrido por hermanos ilustres que nos han precedido, pasa por figuras de la importancia del Padre D. Manuel Gonzalez Frances (Cuenca 1842- Cordoba 1901), que ostentó cargos como Canónigo Magistral de la Catedral de Córdoba. Auténtico erudito y tal vez la pieza más importante en las letras cordobesas, y que realizó la que fue la primera historia de la hermandad.
Es D. Fernando Zobel de Ayala y Montojo (Manila 1924- Roma 1984), uno de los pintores españoles más importantes del siglo XX y fundador del Museo de Arte Abstracto Español en las Casas Colgadas de Cuenca, otro de nuestros hermanos más ilustres.
Pero si bien hermanos como los mencionados, y muchos más, ilustran la gran historia de nuestra hermandad, son otros dos hermanos los que nos enorgullecen por su fe en Nuestro Señor. A día de hoy se encuentran en avanzado proceso de Beatificación los hermanos D. Eduardo Algarra Cruz, sastre de profesión, Hermano Mayor en 1932 y D. Virgilio de la Rosa y Torres, sacerdote y capellán de las Madres Justinianas y Hermano Mayor en 1913. Ambos fueron asesinados durante la Guerra Civil por su amor y devoción a Dios y es su ejemplo el que hace realmente ilustre a la hermandad que nos une.
Tas la petición con la entrega de informes y el aval de nuestro párroco y consiliario, D. Ángel García Benedicto, a primeros del 2014, se abrió por parte del Obispado el proceso de estudio de toda la información aportada, llegándonos pasada la Semana Santa de 2014 la concesión de ambos títulos en atención a la trayectoria y méritos actuales.
Solo queda dar las gracias a Monseñor D. José Mª Yanguas Sanz, Obispo de Cuenca, por concedernos tal honor y seguir trabajando, día a día, para que la fe en nuestro Señor, Nuestro Padre Jesús con la Caña, nos lleve a engrandecer en lo posible esta hermandad, legado para nuestros hijos.