Ser Adorador no deja de ser una forma de vivir la Caridad.
Ahora mi vida no la entiendo sin ser adoradora eucarística.
Hola…Soy Pilar Carrasco, estoy casada desde hace 20 con Julián y tenemos 3 maravillosos hijos, una adolescente de 16 años y dos chicos de 12 y 9 años.
Soy católica practicante, con mis limitaciones y un gran esfuerzo.
Hace unos años, cuando se estaba organizando para constituir una capilla de Adoración Perpetua, una amiga me lo comentó que hacían falta adoradores para cubrir un montón de horarios. Confieso que hasta ese momento aunque había oído hablar de estas capillas tampoco sabía muy bien para qué se utilizaban ni qué se hacía en ellas.
Sin dudarlo mucho acudí a las reuniones que se celebraron para darla a conocer y sin pensarlo no sólo me comprometí a una hora semanal sino que también arrastré a mi marido.
Me comprometí a una hora antes de irme a trabajar… Pensando que a los pocos días me cansaría y así ya no tendría que madrugar. Pero no fue así…..
El primer día fue muy especial…. No pegué ojo en toda la noche por miedo a dormirme y no acudir a mi hora. Y cuando por primera vez entré a la capilla y vi allí la Custodia…..Uffff Me acerqué a un banco y me puse de rodillas…. Solamente pensar en que allí estaba El seguramente a mi derecha o mi izquierda Junto con su Madre… Un escalofrío me recorrió de arriba a abajo. Aún ahora después de estos años me sigue pasando.
Yo nunca me había imaginado siendo adoradora, pero ahora no puedo imaginarme sin serlo.
Unos días acudo con más ganas que otros, pero una vez allí doy gracias por vencer la pereza.
Ser adoradora me ayuda a vencer muchas situaciones del día a día, a ser más paciente. Y sobre todo a tenerlo a El siempre presente en mi vida.
Me gustaría animar a todo aquel que lea estas líneas a que sea adorador, a que se comprometa a hacer compañía a Aquel que siempre nos acompaña sin quejarse ni preguntar. Seguramente que no os va a defraudar.