Primer domingo de Adviento y en nuestras iglesias aparece una curiosa corona vegetal llamada Corona de Adviento. Vamos a ver cual es su significado.
La corona de Adviento es una tradición cristiana que simboliza el transcurso de las cuatro semanas del Adviento. Consiste en una corona de ramas, por lo general de pino o abeto, con cuatro (o en ocasiones cinco) velas. Comenzando el primer domingo de Adviento, el encendido de una vela puede acompañarse de la lectura de la Biblia y oraciones. Durante las siguientes tres semanas se encienden el resto de las velas hasta que, en la semana anterior a la Navidad, las cuatro velas están encendidas. Algunas coronas de Adviento incluyen una quinta vela, llamada «vela de Cristo», que se enciende en la Navidad.
La Corona está formada por ramas verdes, que representan la vida y la esperanza. Nos llevan a que Cristo está vivo, a que nuestra vida debe llevarnos a una unión estrecha con Dios Padre, como el árbol y sus ramas.
La forma circular de la Corona hace que esta no tenga ni principio ni fin, simbolizando unidad y eternidad. Como el amor de Dios, que es y será eterno y constante.
En muchos lugares las velas de la Corona de Adviento son tres moradas y una rosada que se enciende el Tercer Domingo de Adviento. El color morado representa el espíritu de vigilia, penitencia y sacrificio que debemos tener para prepararnos adecuadamente para la llegada de Cristo. Mientras que la rosada representa el gozo que sentimos ante la cercanía del nacimiento del Señor. En algunos lugares, todas las velas de la Corona se sustituyen por velas rojas y en la Noche de Navidad, en el centro, se coloca un cirio blanco simbolizando a Cristo como centro de todo cuanto existe.
Tradicionalmente las cuatro velas llevan distintos colores según la semana que representan, morado, verde, rosa y rojo.
Primer domingo de Adviento, la vela morada es la primera en encenderse, es decir, es la que encenderías el primer domingo de diciembre. Con esta vela morada estaríamos mostrando nuestro arrepentimiento y solicitando el perdón.
La vela verde se encendería el segundo domingo de Adviento y significa la esperanza y al igual que las ramas que se utilizan para crear la corona representan la vida eterna.
La vela verde puede ser sustituida por una vela de color azul celeste, con la que estaríamos aceptando la justicia de Dios.
La vela rosa será encendida el tercer domingo del mes y con ella estaríamos simbolizando la alegría que sentimos por la llegada de Cristo.
La vela roja sería encendida en último lugar y con ella representamos y confirmamos nuestro amor incondicional a Dios Nuestro Señor y él a nosotros.
Y por último la vela blanca que se enciende el día 25 de diciembre y como hemos comentado se colocaría en el centro de la corona. Con esta vela, que simboliza la pureza, estaríamos representando la llegada y presencia de Jesucristo, al que estaríamos dando la bienvenida.
Los adornos de la Corona son unas manzanas rojas y un listón rojo. Las manzanas representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva. Hablan, pues, del pecado de la expulsión del paraíso y el anhelo permanente del hombre de regresar a él. Por eso el listón rojo significa el amor de Dios que nos envuelve y nuestra respuesta también de amor a ese amor de Dios.
La Corona es un precioso símbolo litúrgico, nos lleva por cada una de las partes del adviento y nos recuerda la cercanía y presencia del Señor.
Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida.
Evangelio de San Juan 8, 12- 20