Aunque su celebración en nuestra Diócesis se hizo ayer, hoy se cumplen 81 años del martirio de D. Cruz Laplana y Laguna y D. Fernando Español Berdié, ametrallados por su fe en un fatídico 8 de Agosto en el km 5 de la carretera de Villar de Olalla. Obispo y sacerdote, ambos nacidos en la Diócesis de Barbastro pero que dieron su vida como mártires de Cuenca.
Beato D. Cruz Laplana y Laguna nació en Plan, Huesca, el 3 de Marzo. Ingresó en el Seminario de Barbastro en 1886, doctorándose en Derecho Canónico y Teología. El 24 de Septiembre de 1896 es ordenado sacerdote, siendo después párroco en de Caspe de San Gil en Zaragoza. El Papa Benedicto XV le nombró Obispo de Cuenca en 1921, tomando posesión del cargo que ocupó hasta su martirio en el Domingo de Ramos de 1922. Renovó la diócesis, cuidó la formación integral de los seminaristas, fomentó las asociaciones piadosas y caritativas. Iniciada la guerra civil, pronto lo detuvieron y encarcelaron, pudiendo abandonar la zona republicana en la que se hallaba Cuenca, prefirió quedarse con su feligresía, ya que “era su pastor y éste nunca abandona al rebaño”.
Beato D. Fernando Español Berdié, nació en Anciles, Huesca el 11 de Octubre de 1875. Se licenció en Derecho y cuando iba a ejercer de abogado enfermó gravemente. Una vez restablecido, decidió dar un cambio en su vida ingresando en el Seminario de Barbastro. Siendo párroco de Grastau, el recién nombrado Obispo de Cuenca la invitó a compartir su misión. D. Fernando aceptó gustoso, ligrando después su nombramiento como profesor del Seminario de Cuenca y Canónigo de la Catedral. Su fidelidad a D, Cruz fue tal que le acompañó a presidio y se negó a separarse de él, muriendo mártires juntos.
En este día queremos recordar su sacrificio recordando el Testamento Espiritual de ambos, sus últimas palabras a aquellos que los mataron, y una breve oración para pedir la gracias por su intercesión:
Se que me vais a matar…¿creéis que no hay cielo? ¡Hay cielo, hijos míos!… ¿creéis que no hay infierno? ¡Hay infierno, hijos míos!… Me podéis matar. El cuerpo os lo dejo, pero el alma irá al cielo. Yo os perdono y en el cielo rogaré por vosotros.
Estas eran la palabras del Beato Cruz Laplana exhortando a los milicianos durante el trayecto al lugar del martirio.
Donde va mi Señor hago falta yo también… Nunca me pesó acompañara al Sr. Obispo, y ahora tampoco me pesará… Me matáis a mi también.
Palabras del Beato D. Fernando Español a los milicianos cuando quisieron separarlos.
Ya estamos dispuestos, que Dios os perdone como yo os perdono y bendigo.
Dijo el Beato Cruz después de absolverse mutuamente y antes de que una bala atravesase su mano y otra penetrase en su sien mientras el Beato Fernando caía a tierra ametrallado.
Sirva su sacrificio como ejemplo de fe.

Oración por la gracia e intercesión de los Beatos:
Oh Dios y Padre nuestro que concediste a los Beatos Cruz Lapalna y Fernando Español la gracia de permanecer fieles a ti hasta la muerte. Alcánzanos imitar su ejemplo, desear ardientemente tu gloria y permanecer firmes en la fe hasta el final de nuestros días. Dígnate concedernos su pronta glorificación y el favor que pedimos por su intercesión.
Padrenuestro, Ave María y Gloria.