Como muchos sabéis, en la pasada Junta General, nuestro hermano y Diputado Cultos, Jorge Martínez, propuso el proyecto de crear un grupo para la Adoración Perpetua. Se aprobó el buscar voluntarios para ver si era posible y así unirnos al grupo de hermandades de la ciudad que ya participan.
Hoy traemos una firma invitada. Nuestro buen amigo Pablo León Irujo escribió para el Boletín Capuz 2018, que edita la Muy Antigua y Vble. Hndad. de Jesús Nazareno -del Puente-, un fantástico artículo explicando no solo el funcionamiento de la Adoración y sus grupos, sino también su vivencia dentro de él. No se puede explicar mejor.
Ya solo queda movernos y dar el primer paso. ¿Te animas? seguro que cuando termines de leer el artículo lo haces. Pues bien, si es así, escribe un mail a info@jesusconlacaña.es o por WhatsApp al 677 454 936, nos pondremos en contacto contigo y esperemos que pronto tengamos ese grupo que nuestra Hermandad merece.
Como no agradecer desde aquí a Pablo León Irujo sus palabras llenas de fe y a su Venerable Hermandad el permiso para reproducirlas.
La creación de La Adoración Eucarística Perpetua de Cuenca.
En fechas recientes, el pasado 3 de diciembre, hemos celebrado los diocesanos conquenses el segundo año de vida del grupo y la capilla de la Adoración Eucarística Perpetuaen nuestra ciudad, creado por iniciativa de nuestro Sr. Obispo. De forma similar a los que ya existían en muchas ciudades de España y del mundo, se habilitó la exposición permanente del Santísimo Sacramento en la cripta de San Esteban, a la vista en una custodia.
Antes de su apertura solemne, se organizó el grupo de adoradores, al que fuimos convocados los feligreses en las misas de las parroquias de Cuenca. Actualmente pertenecen a este grupo más de 300 personas, que se han distribuido las 24 horas del día los 7 días de la semana, de forma que cada adorador tiene asignada al menos una hora de adoración que él ha elegido cubrir.
El objetivo del grupo es que, en Cuenca como en otros muchos lugares de la cristiandad, el Santísimo se encuentre en permanente adoración por un mínimo de una o dos personas cada hora, de forma que, también, cualquier persona, pertenezca o no al grupo, pueda acudir a adorarlo en su capilla permanentemente abierta,a cualquier hora del día o de la noche.
Hace alrededor de un año, los coordinadores de la Adoración Eucarística Perpetuanos comunicaron una nueva iniciativa, que fue la de invitar a las hermandades de Cuenca a formar su propio grupo de adoradores integrado en el general.
En qué consiste La Adoración Eucarística Perpetua.
Por si alguno os lo preguntáis, La Adoración Eucarística, es sencillamente pasar una hora a solas con El Santísimo, en cualquier banco de la capilla y como se prefiera, de pie, sentado o de rodillas, pero siempre en silencio. Lo demás pertenece a la estricta intimidad entre El Señor y su adorador.
No os tengo que recordar que la Adoración del Santísimo es uno de los ejes primordiales de la vida cristiana. Los que veneramos, que no adoramos, a los titulares de nuestras hermandades y cofradías sabemos, por la revelación de nuestra fe, que Cristo está presente en la Eucaristía, no ya en imagen, sino en presencia física y real entre nosotros, igual que está hoy ante vosotros el papel en que leéis este escrito.
¿Vamos a despreciar como hermandad esta oportunidad de ser cada vez más los que, tan solo una hora a la semana o al mes, Le adoramos, Le damos gracias, Le entregamos nuestros esfuerzos y Le contamos nuestros problemas, Le pedimos por nuestros difuntos y nuestros seres queridos, Le desagraviamos por tantas ofensas como Él padece en nuestro mundo de hoy?
La adoración no compromete formalmente a casi nada. No se exige ningún requisito personal. Es gratis y puede hacerla cualquiera. No somos de ningún grupo extraño o selectivo, sino personas normales y corrientes. Al adorador, únicamente se le pide puntualidad en su turno, una actitud decorosa y silencio en su hora de adoración. Al llegar al turno, se avisa a los del turno saliente para que puedan irse, se firma en el libro para dejar constancia de la hora cubierta y, pasada la hora, se espera a que lleguen los del turno siguiente para marcharse. Se garantiza la privacidad y la intimidad de los miembros del grupo. No hay obligación de asistir a charla, acto ni celebración alguna, salvo la libre asistencia a las meras y escasas reuniones de organización que se convoquen (hasta el momento solo se ha hecho una cuando se inició). Todo es absolutamente libre y voluntario. Estamos en contacto por teléfono, de forma que si se desea cambiar la hora, se avisa al coordinador y nadie te pide cuentas por ello. Si se quiere dejar, se comunica y nadie os pedirá cuentas por ello. Si un día no se puede acudir a la hora comprometida, se avisa con el tiempo suficiente para cubrir la ausencia y nadie os pedirá cuentas por ello
La influencia de La Adoración Eucarística en nuestras vidas.
En mi corta experiencia como adorador, me atrevo a aseguraros que ni uno solo de vosotros se arrepentirá de decidirse a dar este paso. Podréis dejarlo cuando queráis, pero no lo dejaréis. Os sorprenderá lo corta que puede llegar a ser una hora delante de El Señor.
Primero, sentiréis en vosotros el mero efecto terapéutico, muy recomendable, de estar una hora, de cuando en cuando, con el tiempo detenido, quietos y en el silencio de la capilla, lejos de los ruidos del mundo. Después, viviréis un estado de gozo creciente, las más veces sutil, las menos intenso, siempre profundo, indescriptible, inefable. El gozo de renovar vuestra vida de oración en Su presencia, de sentiros eslabones de una cadena que nada ni nadie puede romper, que está en la tierra, pero que no es de este mundo.
Viviréis un milagro que no es de grandes destellos ni visiones prodigiosas, sino de mucho mayor calado e importancia, porque se experimenta por dentro, de forma invisible y silenciosa, en la transformación del propio corazón por El Amor del Señor.
No hay que hacer nada, solo ponerse ante Él y dejarse llevar por Él. Os sorprenderéis pidiéndole que nunca os deje alejaros de su compañía y este milagro, no solo lo viviréis vosotros, sino también las personas que tengáis cerca, porque la compañía frecuente del Señor transformará vuestro mundo. Los testimonios acerca de esta realidad son innumerables.
Pablo León Irujo.